Puebla, México.

La noche del miércoles 21 el zócalo de la ciudad de Puebla se llenó de bicicletas, la cita era para conmemorar la vida del activista y ciclista Emmanuel Vara Zenteno, quien perdió la vida la mañana de ese mismo día por un camión de transporte público. Amigos, familiares, ciclistas, así como peatones se reunieron pidiendo justicia para quien llamaban cariñosamente Manu, mismo que dedicó gran parte de su vida al activismo de movilidad en las ciudades.

Al rededor de mil personas acudieron al llamado frente al palacio municipal, mientras que el miembro del Consejo Ciclista Poblano (Cadena), Armado Pliego Isikawa, comunicaba a los medios cuales son los problemas al hablar de movilidad, a lo que indicó que son la naturalización de los siniestros viales, los modelos de las ciudades, así como las malas decisiones de políticas públicas las que matan.

“La justicia para Manu no se va a dar metiendo a la cárcel a alguien, no se va a dar castigando a alguien, la justicia para Manu se va a dar cuando como sociedad y como gobierno trabajemos de manera muy eficaz para que esta que esta tragedia no se repita, ese es el camino para Manu y para todas las personas que mueren en nuestras calles hoy en día”, mencionó.

Inicio del recorrido

A medida que el contingente comenzó a avanzar las voces gritaban, “Manu vive, la lucha sigue”, le siguieron consignas como “Si Manu viviera, en bici anduviera”, así las personas comenzaron su trayecto hasta la Fiscalía General del Estado, donde poco a poco el grupo se iba haciendo más grande.

Vara Zenteno, además de dirigir Cholula en Bici, era director de gestión de movilidad del ayuntamiento de Puebla, su compromiso con la seguridad de los que a diario se trasladan en las ciudades era visible. Sus amigos dentro de la caravana pedían a conductores conducir con prudencia y respetar la vida.

 

Al llegar a la fiscalía, Pliego Isikahua dio lectura al texto de su amigo César Galicia.

“Manu no solo era un comprometido activista por la movilidad urbana y la sustentabilidad de las ciudades, sino que era de esas personas que te daban la vibra de ser algo más que una persona […] en suma Manu era ese tipo de personas que te hace pensar que el mundo no es un ligar de mierda, pero a veces el mundo sí es un lugar de mierda. Hoy Manu fue acecinado haciendo lo que más amaba andando en bicicleta. Manu fue acecinado por un chofer de camión que se pasó el alto, pero el chofer solo fue el verdugo de todo un sistema de muerte que existe detrás […]” C.G

Dentro del texto se responsabilizaba no solo al conductor, sino a los concesionarios de los transportes, a las condiciones de miseria de los camioneros, a las leyes que no favorecen a los peatones y ciclistas, así como a los funcionarios corruptos, arquitectos, diseñadores urbanos, empresarios y personas que consideran que la calle debe ser un sitio privilegiado para los automóviles.

Los marchistas: “Nuestras vidas no caben en sus pinches ciclovías”, señalaban.

El contingente se dirigió al lugar donde Manu había perdido la vida, 11 Norte con 4 Poniente, en aquel lugar, como última acción de aquel día, se colocaría un cuadro de bicicleta blanco, como símbolo de la tragedia, así como recordatorio de que ahí murió un ciclista y que no deberían de morir más gente en las calles.