Baja California, México. 

Activistas y sindicalistas han advertido en las últimas semanas que si un jornalero es infectado toda la producción podría venirse abajo. Durante los últimos días se ha hablado de las consecuencias que la crisis sanitaria,esto hizo que volteemos a ver al campo. Sin embargo, este último se encuentra en un estado de abandono, aun así es el único que puede sostener nuestras vidas.      

La pandemia ha agravado los problemas del sistema agrario en México, y si a esto le agregamos los efectos de la poca lluvia que se ha registrado en el territorio, en comparación con otros años, la producción va a caer, sin olvidarnos de la situación la precariedad continua que sufren los trabajadores del campo.

Por su parte las empresas agrícolas han tenido que seguir las declaratorias del gobierno federal y el Consejo de Salubridad Nacional, lo que implicaba mandar a descanso a las personas de la tercera edad, así como a las que sufran de enfermedades crónicas o que fueran más susceptibles a la enfermedad causada por el Covid-19.

El Consejo Regional del Valle de San Quintín, zona agrícola de Baja California, declaró que el campo es el que alimenta a las ciudades y podrán seguir haciéndolo sí tanto las empresas agrícolas como los jornaleros pueden coordinarse, además señaló que las empresas ya han acordado entablar acuerdos.

“Se acordó que las empresas que no cumplan o participen junto con los jornaleros serán sancionadas”

Pero, esta región no es la única que necesitaría una coordinación trabajador-empresario, pues las condiciones de los trabajadores y sus necesidades básicas no han sido atendidas en décadas por los que manejan las empresas, ¿podría la pandemia cambia esta relación? Aún no sabemos si para bien o para mal, a pesar de esa incógnita algunos consejos y representantes de la mano de obra campesina se han puesto a trabajar para que la situación frente al virus no empeore y que los derechos de los trabajadores no se hagan a un lado ni ahora, ni cuando la crisis termine.

Uno de ellos, el Consejo Sinja, ha demostrado su preocupación por que los empresarios estén más preocupados por sus ingresos que por sus trabajadores. Esto último no es lo único que los tiene alerta, sino también las condiciones en las que usualmente los trabajadores en el campo, tanto de México como de Estados Unidos, viven el día a día.

“Tienen el sistema de saliendo y pagando”

A esta situación de crisis sanitaria, se le suma el abandono al campo, se le agrega el vacío en el que se encuentra el trabajador, quien está sin contrato, con actividades económicas terciarias y sin salario fijo. Pensar en una posible inactividad del campo sería fatal para ellos y esto también sería un fuerte golpe para los que vivimos en la ciudad.

Las acciones para mantener la salud de los trabajadores se tienen que convertir en una prioridad para las empresas, así lo menciona el Consejo Regional del Valle. Tanto ellos como representantes de los trabajadores han pedido la implementación de pláticas de salubridad, así como talleres para enfrentar el Covid-19. Además, han demandado insumos de protección como gel, agua y jabón.

En cuanto al Consejo Nacional Agropecuario pide a la población que sólo consuma lo necesario para poder garantizar el abasto de alimentos a toda la población y que se refuercen las medidas implementadas para el campo en todo el país.