Guerrero, México.

El viernes pasado se encontraron en el camino Mexcalzingo-Tlayelpan de Chilapa de Álvarez, dentro de dos camionetas incendiadas, diez cuerpos calcinados, se trataba de un grupo de músicos indígenas llamado “Sensación”, con miembros de 15 y 42 años. El delito se ha atribuido a los integrantes de la organización criminal “Los Ardillos” un cartel del estado de Guerrero.   

Eran parte de la comunidad indígena de Alcozacán, quienes estaban regresando a sus hogares después de un espectáculo que habían dado un día antes en Tlayelpan, esto lo mencionó David Sánchez Luna, quien dirige la policía comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC).

En un primer momento se habían identificado a todos por sus nombres: José Julio de 37 años; Crescenciano de 37; Antonio de 24; Lorenzo de 32; Marco de 36; Israel de 24; Cándido de 20, Regino e Israel de 1 y Juan Joaquín de 42 años. Sin embargo, solo cinco cuerpos habrían sido entregados hasta el lunes 20, los familiares y miembros de otras comunidades han exigido la entrega total de las víctimas.

De acuerdo con datos de La Jornada, cientos de habitantes de 16 comunidades de Chilapa que mantienen desde el 17 de enero bloqueada la carretera de José Joaquín Herrera-Chilapa, prometen no desbloquear hasta que todos los finados sean entregados a sus seres queridos. Por su parte las autoridades decidieron que no entregarán los cadáveres a las familias hasta que tenga la certeza de cada una de sus identidades.

Cabe mencionar que el territorio se encuentra en conflicto desde hace años por confrontaciones entre la Policía comunitaria y por un grupo de delincuencia organizada denominada “Los Ardillos”. Guerrero es considerado uno de los estados más violentos de México, donde existe la presencia continua de bandas de narcotraficantes, la disputa de territorio se agrava entre las rutas del Pacífico hacia otras partes del país, siendo los indígenas los grupos más vulnerables.

El año pasado se registraron por lo menos 30 mil asesinatos adjudicadas a bandas criminales en zonas donde existe la presencia de grupos étnicos, quienes se han visto en la necesidad de auto-organizarse y protegerse, esto a resultado en la creación de policías comunitarias en la última década.

Fue a partir de 2006, cuando el gobierno federal comenzó la guerra contra el narcotráfico, lo que incrementó la violencia y ejecuciones vinculadas por la delincuencia organizada. Esto generó la creación de las fuerzas de la comunidad.

“El Sistema de Seguridad y Justicia Comunitarias no carecen de un andamiaje jurídico y de marcos regulatorios. Éstos son reconocidos en los siguientes ordenamientos: La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley número 701 que reconoce los Derechos y Cultura de los Pueblos Indígenas de Estado de Guerrero (2011), Los Acuerdos de San Andrés Larraínzar (1996) y, en el ámbito internacional, la Resolución aprobada por la Asamblea General 61/295, que deviene en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y que es retomada en el Convenio Número 169 de la OIT sobre los Pueblos Indígenas y Tribales.” Nexos  

Aun así, las policías organizadas por los comuneros no pueden frenar los fuertes golpes de las bandas organizadas, la última desgracia de Chilapa verifica el tamaño del problema y reafirma la poca importancia que las autoridades y los medios le dan a los asesinatos de indígenas, mismos que tienen en común este origen, el cartel.